LA LEYENDA DE AURA

Cuenta la leyenda que una pequeña Maga caminaba por el universo cuando de repente se encontró una chispa de magia, la recogió del cosmos y se la comió, al instante su cuerpo explotó en luz dando vida a una galaxia llena de cuerpos celestes y materia cósmica. Inmensa ocupo su lugar en el espacio y fue llamada Alma. Compuesta por todos los colores, formas, fragancias y sonidos materializo un mundo que compusiera su hermosa y única majestuosidad. Por 8 días milenarios los astros la alimentaron con obsequios ancestrales para nutrir su sabiduría que debía entender la existencia misma y fue así como por primera vez Alma sintió vida.

Un día apareció la vieja Sabia del tiempo que con nada más que el peso de sus años se acercó a la recién nacida, la rodeo con su capa de noche eterna para alzarla en su regazo y en un acto solemne besó su frente para reconocerla como hija. Esa noche se hizo una fiesta en el firmamento, dioses, musas y quimeras fueron a celebrar el acontecimiento y con gusto la adornaron con estrellas fugaces y agujeros negros que le servirían en la misión para la cual estaba destinada. Alma aún no sabía pero se convertiría en energía milenaria, condenada para siempre a dar vida, moviéndose entre dimensiones y estados de conciencia en un viaje eterno que conecta todo al origen, a esa chispa de magia. Mientras se preparaba para cumplir su destino Alma crecía como la energía que se expande sin límite, disfrutaba entre danzas de una inocencia ignorante que le permitía absorver todo el conocimiento sin el temor de imaginar que en cualquier instante todo cambiaría.

Bajo el manto de una noche estrellada alma dormía en un transe tan silencioso como el más perfecto equilibro cuando de repente llego el azar y decidió empujar su cuna que como una copa de agua derramo su cuerpo en el universo. Al caer Alma hizo un salto a la realidad y aterrizó en un pequeño planeta color azul, se lanzó del cosmos y al llegar a la superficie fue recibida por las legiones elementales que estaban reunidas para darle unos amuletos terrenales. Agua le dio mente para comprender, Aire le dio comunicación para compartir, Fuego le dio ingenio para transformar y Tierra la dio un cuerpo para alimentarse. Con las herramientas dadas Alma comenzó su misión, escondiéndose entre miradas sinceras, plumas atrapadas en el viento, cantos de pájaros en amaneceres despejados y momentos invisibles, tan hermosos que son inimaginables.

Ya han pasado muchas eternidades desde que alma se perdió en la tierra, ha transitado infinitas dimensiones escondiéndose de aquellos que la buscan para descifrar su existencia y a pesar de que ninguno lo ha logrado aun persiste la curiosidad. Pues dicen que si te cruzas con ella y la llamas por su verdadero nombre, aquel que le fue dado en el principio de los tiempos, podría liberarse del hechizo eterno y volver a ser aquella pequeña maga que caminaba por el universo.

Hasta el día de hoy el tiempo escribe su leyenda sin principio ni final.

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